6/9/10

El Rober

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-¿El Rober? ¿Quién es el Rober? Dijo Heti, Quien llevaba puesto una remera de Deportivo Laferrere y unos shortsitos del mismo cuadro


- Ese que hacía motos por Ramos y las tranzaba en lo de Mario Porquería. Le contestó Curuya.


Ambos posaron sus miradas en sus respectivos vasos, pero ninguno lo levantó para echarse un trago.


- Rober… ¡El dorima de la Mary! ¿No?- Dijo Heti, con los ojos abiertos y sus gruesas cejas levantadas.


-Sí, el dorima de la Mary. Le contestó, mientras el otro sonreía de oreja a oreja con sus labios negros y gruesos.
Curuya alzó su trago y tomó lo que quedaba de él, luego se puso a servir más vino con coca. Cuando levantó la jarra plástica, la mesita quedó sin peso y se desequilibró. Los vasos viajaron al suelo. Heti, entonces, los alzó y fue con ellos a menos de un metro, donde había un balde con agua, los sumergió unos segundos y los sacó limpios. Curuya, en tanto, repuso la mesita lo mejor que pudo en el irregular piso de tierra y colocó la jarra que se había salvado. Se sirvieron nuevamente.


Heti recomenzó la conversación:


- Si, ya se quién es. Ahora está guardado en Olmos, le dieron como seis años por choriarse una tele en un negocio. Dijo.


-¡No! –Arremetió Curuya- ¡Mirá si le van a dar seis años por una tele! El quía lo que hizo fue darle a un cobani .


- Claro, si. Pero lo que pasó es que después de sacar la tele del negocio sonó la alarma y pintó la yuta de toque. El gato se puso nervioso y se le refaló: justo cayó en la pierna del cobani.


- Mirá que hablé con la Mary, ella me dijo que le pegó al rati . Dijo Curuya.


- Esa Mary es re-gata, anda bolaceando pa’ dar lástima, es una rastrera que inventa cualquiera. Saca provecho de lo que sea.


Dicho esto, Heti empinó el vaso y se mandó un trago al buche.


- No sé, yo a la Mary la re-conozco. De guacha la conozco, antes de que se junte con este gato, me acuerdo cuando tuvo el crío con el Mario Porquería, yo andaba de remis y la llevé al hospital.


- Bueno, ese guacho no es del Mario -irrumpió Heti-, ese guacho es mío. Por ese tiempo me voltié a esa gata un par de veces.


- Sí, yo también me la traquetié , pero ella me dijo que el guacho era del Mario, por algo me lo dijo, ¿no? O si no boqueaba otra cosa y se lo encajaba a otro.


Ambos alzaron su vaso y luego se sirvieron más de la jarra roja de plástico, mientras Heti lo hacía, Curuya sostuvo la mesa. Heti tomó otro trago -trago corto- mientras pensaba.


- Lo que pasa es que no es ninguna tonta, la mina tenía interés en el Mario, acordate que por ese tiempo había sacado plata de un juicio en su laburo, la gata se lo hizo patinar en joda y falopa, y le mandó lo del hijo como malicia. Cuando lo dejó seco se tomó el palo. Ese Mario es otro logi que no sabe ni cuando la coloca. Dijo Heti.


Curuya se miró los pies, los dedos que salían de las ojotas, notó que sus uñas estaban demasiado largas y demasiado sucias. Le contestó a Heti:


- Si, pero el Porquería anda en la tranza, las motos le dejan como para papear, y más.


-¡Y bueno! Ahí está, el dolobu arrancó con eso por la cuestión de que se quedó sin un mango, El salame cuando se dio cuenta de que lo habían secado le agarró una tirria que encaró ese negocio, se lo quiere refregar en la cara a la María, el tipo se había enganchado con la gata y la Mary andaba bajándose la chabomba en cualquier lado.


- ¿Y como sabés que el guacho es tuyo? Le preguntó Curuya, mientras se tocaba la pelada morocha de su cabeza y se miraba los dedos de los pies, enredados entre las tiras de sus ojotas.


- ¿No lo viste? Tiene la misma jeta que la mía.


- Si, lo conozco. Y para mi tiene la jeta mía, que querés que te diga. Dijo Curuya.


- Y si vos y yo somos como hermanos… no sabés que los críos pueden salir también al tío.


A Curuya le salió la carcajada de repente y le salpicó el vino con gaseosa en la cara a Heti. Ambos se empezaron a destartalar de la risa, entonces, la mesa con los vasos y la jarra se vinieron a pique. Todo fue a parar al suelo de tierra.

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